En el año 2015 las tierras fértiles de Vega del río Ariari, son plantadas con un cultivo permanente e innovador de guayaba pera rosada, en contravía a los cultivos tradicionales de yuca, plátano y cereales.
La generosidad, calidad y belleza de la madre naturaleza en sus frutos, impulsan el nacimiento de una exquisita bebida lograda por la fermentación de los néctares obtenidos de esta grandiosa fruta.
Inspirados en nuestras tradiciones precolombinas, hemos logrado la elaboración de un vino de frutas. Una bebida que evoca el delirio, amor y alegría para el ser humano, poseedora de valiosos atributos entre los que destacan su color, sabor y aroma que imprimen el carácter de nuestra región Ariarence en envases de vidrio para brindar al mundo un producto de excelente calidad.